A continuación os comparto dos poesías de temática navideña escritas por Santa Teresa de Jesús, junto con algunos villancicos musicales de la época que reflejan la fuerte influencia de la cultura popular y temática de la época en la poesía en la poesía de Santa Teresa de Jesús:
"Pastores que veláis.
¡Ah, pastores que veláis,
por guardar vuestro rebaño,
mirad que os nace un Cordero,
Hijo de Dios Soberano!
Viene pobre y despreciado,
comenzadle ya a guardar,
que el lobo os le ha de llevar,
sin que le hayamos gozado.
-Gil, dame acá aquel cayado
que no me saldrá de mano,
no nos lleven al Cordero:
¿no ves que es Dios Soberano?
-¡Sonzas!,que estoy aturdido
de gozo y de penas junto.
-¿Si es Dios el que hoy ha nacido,
cómo puede ser difunto?
-¡Oh, que es hombre también junto!
La vida estará en su mano;
mirad, que este Cordero,
Hijo de Dios Soberano.
-No sé para qué le piden,
pues le dan después tal guerra.
-Mía fe, Gil, mejor será
que se nos torne a su tierra.
-Si el pecado nos destierra,
y está el bien todo en su mano, ya que ha venido, padezca
este Dios tan Soberano.
-Poco te duele su pena;
¡oh, cómo es cierto del hombre,
cuando nos viene provecho,
el mal ajeno se esconde!
-¿No ves que gana renombre
de Pastor de gran rebaño?
-Con todo, es cosa muy fuerte
que muera Dios Soberano. "
"Al Nacimiento de Jesús
Hoy nos viene a redimir
un Zagal, nuestro pariente,
Gil, que es Dios omnipotente.
-Por eso nos ha sacado
de prisión a Satanás;
más es pariente de Bras,
y de Menga, y de Llorente.
¡Oh, que es Dios Omnipotente!
-Pues si es Dios, ¿cómo es vendido
y muere crucificado?
-¿no ves que mató el pecado,
padeciendo el inocente?
Gil, que es Dios Omnipotente.
-Mi fe, yo lo vi nacido
de una muy linda Zagala.
-Pues si es Dios ¿cómo ha querido
estar con tan pobre gente?
-¿No ves, que es Omnipotente?
-Déjate de esas preguntas,
muramos por le servir,
y pues Él viene a morir
muramos con Él, Llorente,
pues es Dios Omnipotente."
"Para Navidad.
Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
-Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
-Pues, ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Más quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
-Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
-Grandes azotes
con mucha crudeza.
-Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
-Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
-Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
-¿No ves que Él lo quiere?
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