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LA ESCALERA DEL CONOCIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA.

La vieja Universidad de Salamanca con sus antiguos edificios que se remontan a los albores del renacimiento y finales del gótico, finales del siglo XV, cuentan con algunas sorpresas agradables e interesantes para los buscadores del conocimiento espiritual y amantes del arte y de la cultura.





Una de estas sorpresas, que me gustaría contar aquí y dar mi versión sobre el tema, son los ricos relieves que decoran la escalera del edificio antiguo de la Universidad. Con esta escalera, ascendemos desde el claustro de la planta baja, al claustro de la planta alta que a su vez nos lleva directamente hacia la antigua biblioteca de la Universidad.


La propia escalera es una llamada a los estudiantes para ponerles en conocimiento de que adquirir sabiduría es un proceso de ascensión, también espiritual y moral, no exento de esfuerzo, tal y como se requiere para subir una escalera... El premio de aquel que sube por esta escalera hasta el final es poder llegar a la valorada biblioteca de la Universidad, símbolo y centro del saber.


Pero este camino de ascenso no solo está acompañado por el esfuerzo y la disciplina del estudio. Para ello se necesita un trabajo de regeneración moral y espiritual en el que el estudiante se debatirá entre dejarse llevar por las tentaciones mundanas y sus bajos instintos o por el contrario, buscará la manera de ejercer un control sobre ellos para ayudarse en su proceso de ascensión.


Todo esto está simbolizado por una serie de relieves alegóricos, inspirados en pinturas flamencas del siglo XV, y tallados en piedra a lo largo de la barandilla de la escalera.


Estudiemos algunos de los más significativos:


La barandilla de la escalera se divide en tres tramos: Inferior, central y superior.


En el inferior y justo al inicio de la misma, nos encontramos al buscador del conocimiento representado como un peregrino y acompañado por un niño que sale de una flor. Este último pretende ser símbolo de buen augurio: nacimientos internos y virtudes que el peregrino debe de cultivar si quiere ascender por la senda. El niño también representa la pureza y autenticidad que se debe de tener en la búsqueda del conocimiento. Y ese primer impulso inicial, lleno de pureza e ilusión con la que nos motivamos en los primero comienzos de un proyecto.





También en el comienzo de la escalera pero por la parte opuesta de la barandilla encontramos un señor tocando la gaita, símbolo de la lujuria y placeres mundanos. Es un aviso de todo lo contrario que debe evitar el peregrino anterior, pero que inevitablemente va a aparecer en su camino.





A lo largo de todo el cuerpo inferior de la barandilla nos encontramos relieves de prostitutas y hombres danzando que alegorizan los placeres mundanos con los que el estudiante será tentando y que deberá evitar en su camino de ascensión. Sin embargo, es necesario plasmarlos en la escalera porque estas tentaciones en sí mismas, forman parte del proceso de ascensión.





En la transición del primer tramo al intermedio, nos encontramos la alegoría de la prudencia, una virtud muy importante que el estudiante necesita en su proceso de adquisición de sabiduría. Está representada por un hombre de tres caras. Nos enseña este simbolismo que un hombre prudente saber valorar todos los puntos de vista, no se queda solo con una versión de las cosas y tras un estudio comparativo de ambas versiones y con mucho discernimiento, sabe escoger las mejores opciones. También es una referencia a que todas las cosas en este mundo tienen un aspecto positivo y otro negativo, simbolizado por las dos caras que miran de lateral. Dicho de otro modo, están sometidas a la ley de la dualidad. El hombre prudente sabe mantenerse ecuánime entre ambas, no se identifica con ninguno de los extremos del péndulo y encuentra la síntesis de ambas en la posición equilibrada que representa el rostro central que mira de frente. Este rostro representa el punto de equilibrio central del péndulo. También la mesura de las virtudes que suponen que nos acercamos a todo lo que la vida nos ofrece sin llevar nada a los extremos o sin identificarnos en exceso con una de las facetas relativas que nos presenta la vida... La mentalidad del científico que observa y trata de aprender de los datos procedentes de sus investigaciones desde una perspectiva distante, objetiva y ecuánime, sabiendo ponderar todos los datos, también ilustra la virtud de la prudencia.





Debajo de esta alegoría se encuentra una sirena de dos colas que sujeta con sus manos dos objetos: en una mano una espada de fuego y en la otra una flecha hacia abajo. La sirena representa de nuevo nuestra energía más instintiva. Es una invitación a trabajar con ella, mostrando, en las dos colas, los dos usos que podemos darle: uno enfocado hacia la virtud y otro hacia la vida pecaminosa. Por tanto el premio que se muestra es doble: la espada de fuego para los triunfadores. La flecha hacia abajo para los perdedores, señalando un camino de descenso.


El tramo central de la barandilla es el más profundo y complejo en cuanto a su significado alegórico:




En el vemos dos parejas formadas por un hombre y una mujer desnudos. En una de ellas, es el hombre quién cabalga encima de la mujer. En la otra es al revés. En la pareja donde el hombre está sobre la mujer, este señala a una abeja y aparece un cazador dando caza a un elemento dañino con un arco y una flecha. En la otra pareja, la mujer señala una araña y el cazador huye no realizando su cacería. La mujer representa de nuevo las pasiones. Cuando estas se dominan, señal de que el hombre está sobre ella, se alcanza la castidad simbolizada por la abeja y el cazador obtiene su trofeo. En la otra pareja, en la que la mujer se sitúa sobre el hombre, símbolo de que las pasiones dominan al ser humano, el cazador huye sin obtener su trofeo y la mujer señala la araña, símbolo de la lujuria. La temática es de nuevo la misma: el hombre que busca el conocimiento debatiéndose entre llevar una vida mundana y dejarse llevar por su naturaleza más animal o el trabajo sobre uno mismo para dominar estos instintos.


En la transición del tramo intermedio al superior encontramos a Eros prisionero en una red.







El tramo superior representa una escena de caza, que alegoriza el trabajo con la muerte del ego, el dominio de las pasiones y el logro de virtudes simbolizadas por los trofeos de la cacería.







Justo al final del tramo superior encontramos un joven que demuestra el logro de los que ascienden triunfantes por esta escalera probatoria de las pasiones: El joven señala su corazón, mostrando que el precio de este ascenso es el verdadero amor y la amistad.





Al finalizar la escalera, el piso superior del claustro de la Universidad de abre ante nosotros y enseguida encontramos la entrada a la antigua biblioteca, siendo el acceso al conocimiento otro de los premisos de este ascenso alegórico por la escalera de la Universidad.



















El simbolismo de estos elementos, con el tiempo fue cayendo en el olvido. Las ideas en ella expuestas se fueron dejando de lado por una sociedad científica que se desvinculaba paulatinamente del origen religioso y espiritual de las Universidades proclamando un cientifismo cada vez más laico. No obstante su gran valor artístico se mantuvo como uno de los tesoros de la Universidad.


A mediados del siglo XX, un académico de la Universidad, experto en arte, realizó un trabajo de investigación que permitió acceder a los símbolos y mensajes que se contenían en la escalera y a la mentalidad de los artistas e intelectuales responsables de su construcción ... Gracias a él, conocemos todos estos significados alegóricos.


Entre todos los intelectuales de la Universidad seguramente haya una unanimidad de criterio en considerar el gran valor artístico e intelectual de los grabados y símbolos de la escalera, entre otras cosas porque son testigos de una mentalidad y de una época. Pero es posible que para muchos de ellos, estas ideas ya no tengan validez y sólo sean un interesante recuerdo y manifestación de la mentalidad y moralidad cristiana del hombre del renacimiento.


Lo interesante de todo y lo que a mí me gusta plantear es que, hoy en día, el hombre posee una energía vital, instintiva y sexual que tiene un valor importante y que es susceptible se ser trabajada para nuestro beneficio de crecimiento personal, tanto intectual como de salud y bienestar físico. No estamos hablando de una moral caduca y pasada de época. Un trabajo consciente de trabajo con nuestra energía sexual es perfectamente posible y beneficioso para todos los seres. Esto está confirmado, no solo por esta antigua moral cristiana, si no por otras tradiciones orientales que enseñan ciertas técnicas para dominar y controlar esta energía con fines espirituales y salutíferos.


Como siempre, han tenido que venirnos a enseñar desde oriente cosas que ya poseíamos en nuestra tradición cultural, pero que habíamos perdido la capacidad de hacer una lectura enriquecedora y constructiva de las mismas.


Todos estos grabados nos hablan más o menos directamente o indirectamente sobre la necesidad de trabajar con nuestra energía sexual, aunque el método no se concreta. El método o "modus operandi" era algo mantenido muy en secreto que solo se enseñaba de labio a oídos entre maestro y discípulo. Por ello, los grabados de la escalera, entre otros simbolismos, solo nos dan una idea aproximada de lo que este trabajo de regeneración con nuestra energía puede llegar a ser, una idea que en algunos casos, con el paso del tiempo ha acabado tildándose de anticuada y retrógrada, pero que tiene un fundamento que si sabemos descubrir y practicar nos aportará múltiples beneficios.


Uno de los antiguos colectivos que poseían este "modus operandi" eran los alquimistas y cabalistas, algunos de ellos también muy vinculados a las instituciones universitarias como Michel de Nostradamus. Es sabido de la influencia de los mismos en los artistas flamencos y el arte gótico de finales de la Edad Media. Como no podía ser menos, los relieves de esta escalera reciben estas influencias.


Hoy en día, gracias a Dios, conocemos el verdadero fundamento de este "Modus Operandi", lo que permite que hagamos una nueva relectura, mucho más actualizada y práctica de la bonita simbología que se despliega en la "Escalera del Conocimiento" de la Universidad de Salamanca.


Recomiendo la lectura de una de mis obras: "El beso del Sol" para aproximarse un poco más a los secretos ocultos de este "Modus Operandi" de los antiguos alquimistas medievales. Pinchando en la imagen podrás acceder a él:






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